La verdad sobre lo que comes… y lo que te falta, vivimos en una era en la que la comida abunda… pero la nutrición escasea. Frutas que ya no saben igual, verduras que viajan miles de kilómetros antes de llegar a tu plato, suelos pobres, horarios caóticos, estrés diario y dietas que priorizan lo rápido sobre lo saludable.
Y tú… creyendo que por “comer bien” estás obteniendo todo lo que tu cuerpo necesita.
La verdad es que no basta con comer, hoy más que nunca es vital nutrirse a conciencia.
¿Por qué ya no es suficiente lo que comes?
- Empobrecimiento del suelo agrícola: Desde hace décadas, los suelos se han empobrecido de minerales esenciales por la sobreexplotación y el uso intensivo de pesticidas. Esto afecta directamente el valor nutricional de frutas y vegetales [1].
- Procesamiento de alimentos: El 70% de los productos que consumimos están procesados o ultraprocesados. Pierden fibra, vitaminas, antioxidantes y ganan azúcares, grasas trans y sodio.
- Estilo de vida moderno: El estrés crónico, el mal dormir, el tabaquismo, el alcohol y los medicamentos alteran la absorción y el metabolismo de nutrientes clave como el magnesio, las vitaminas del complejo B, zinc y omega-3 [2].
- Exigencias del cuerpo actual: Hoy vivimos más, nos exigimos más, dormimos menos y estamos más expuestos a toxinas ambientales. Nuestro cuerpo necesita más recursos para mantenerse en equilibrio.
¿Qué pasa si vivo con deficiencias “silenciosas”?
No todas las deficiencias se ven.
Pero se sienten...
- Fatiga inexplicable
- Cambios en el estado de ánimo
- Dolor muscular o articular
- Caída del cabello
- Piel opaca
- Bajo sistema inmune
Estas pueden ser señales de que tu cuerpo está funcionando con lo mínimo necesario, pero lejos de su potencial óptimo.
La suplementación no es una moda. Es una herramienta inteligente.
Numerosos estudios clínicos han demostrado que la suplementación adecuada puede corregir desequilibrios, apoyar la función celular, mejorar el bienestar y reducir el riesgo de enfermedades crónicas [3].
¿Y tú? ¿Estás viviendo con lo mínimo… o quieres darle a tu cuerpo lo que realmente necesita?
¿Para quién es importante la suplementación?
Para todos. Porque hoy, más que nunca, nuestro cuerpo necesita apoyo extra para enfrentar las exigencias del mundo moderno. Pero hay grupos para quienes la suplementación no solo es útil… es esencial.
Especialmente para aquellas personas que:
- No tienen tiempo de cocinar todos los días y su alimentación es incompleta o repetitiva.
- Se sienten cansados con frecuencia, a pesar de dormir bien o intentar “comer saludable”.
- Desean prevenir enfermedades crónicas, no solo tratarlas cuando aparecen.
- Viven en entornos urbanos contaminados, donde el cuerpo requiere más antioxidantes y mecanismos de defensa.
- Están sometidos a estrés físico o mental constante, lo que agota vitaminas, minerales y neurotransmisores.
- Desean vivir con más vitalidad, energía y claridad mental, no solo “sobrevivir” el día.
- Están etapa de crecimiento, donde cada nutriente impacta el desarrollo cognitivo, inmunológico y físico.
- Transitan por el embarazo o lactancia, cuyo cuerpo tiene una alta demanda de nutrientes clave como hierro, ácido fólico, DHA y calcio.
- Para adultos mayores, que a menudo tienen una absorción intestinal disminuida y un mayor riesgo de deficiencias silenciosas.
La suplementación no es un lujo, la suplementación es prevención, es salud. En ULTRAGENICS, distribuidor de METAGENICS y HEMAGIC, te ofrecemos fórmulas de precisión, basadas en evidencia científica, que acompañan tu bienestar en cada etapa de la vida.
“La suplementación no reemplaza una buena alimentación, la complementa, en el mundo actual, complementarla es más que recomendable: es una necesidad”.
Referencias:
- Davis, D.R., et al. (2004). Changes in USDA Food Composition Data for 43 Garden Crops, 1950 to 1999. Journal of the American College of Nutrition, 23(6), 669–682.
- Mikkelsen, K., et al. (2016). The effect of stress on the concentration of minerals and trace elements in the human body: A review. Biological Trace Element Research, 173, 308–320.
- Fairfield, K.M., Fletcher, R.H. (2002). Vitamins for chronic disease prevention in adults: scientific review. JAMA, 287(23), 3116–3126.